domingo, 28 de diciembre de 2014

Tras la pista de Lamari (V)

Llegados a este punto es necesario introducir a la pieza fundamental de esta historia. Me estoy refiriendo a Safwan Sabagh, el sirio apodado "El Pollero" por regentar un asador de pollos en Valencia. Pero me encuentro con un pequeño problema cronológico a la hora de introducir a este personaje. ¿En qué momento de la VO se introduce en escena este personaje? Supongo que muchos dirían que cuando se encuentra el Skoda Fabia, ya que en este coche aparecieron anotaciones con sus números de teléfono. Quizás otros contesten que después de la explosión de Leganés, ya que en el desescombro se encontraron libros sobre el islam con sus huellas dactilares. Ambas respuestas son correctas, pero al mismo tiempo están equivocadas. Realmente Safwan Sabagh siempre estuvo allí, mucho antes de que ocurriese el 11-M. Pero su irrupción en la VO, aunque breve y discreta, es anterior a esos episodios. Y analizada conjuntamente con la información aportada en la serie sobre Lamari no carece de interés.

He relatado cómo el mismo 11 de marzo la policía interrogó a Jaouad El Bouzrouti en relación con un viaje a Valencia de Afalah y Lamari, cómo el 12 de marzo el inspector Parrilla fue comisionado a Parla para localizar a un marroquí, probablemente Mohamed Afalah. El 17 de marzo se solicitaba detención y registro del domicilio de los hermanos Chedadi y de Farid Oulad Ali, ambas solicitudes basadas en una supuesta relación con Allekema Lamari. Pues bien, el 23 de marzo se detuvo a dos argelinos y un sirio en Valencia por su relación con el GIA. La noticia se publicó en varios diarios, como El País o El Mundo, pero no se relacionó directamente con el 11-M y quedó en segundo plano. Aunque en las noticias sólo se facilitan las iniciales, algo que en general no ocurría en el caso de otros detenidos, no es difícil determinar que los argelinos eran Hocine Kedache y Abdelkrim Beghadali, mientras que el sirio era Safwan Sabagh. Los tres fueron puestos en libertad tres días más tarde sin que llegasen a pasar a disposición judicial. Aunque en las noticias no se diga, el único motivo lógico para estas detenciones es, una vez más, la relación de estas personas con Allekema Lamari. A los dos argelinos los relacionan con las detenciones de miembros del GIA en Valencia en 1997, las mismas en las que fue detenido Lamari. Pero es que además Hocine Kedache tuvo alojado en su casa a Lamari después de su salida de la cárcel. Y ya veremos que en ese mismo periodo Beghadali también estuvo en contacto con Lamari. Me resulta bastante curioso que siendo Lamari un prófugo al que la policía no consigue localizar, tenga tanta información sobre sus movimientos, aunque sea a posteriori. Pero hay más cosas curiosas. Tanto Beghadali con Sabagh fueron detenidos posteriormente al menos en dos ocasiones más en 2004. En un informe de las diligencias policiales (Pieza separada de Leganés, T. 7, f. 1.871 y ss.) de la última detención en agosto de 2004 aparece esta mención a las detenciones de marzo (f. 1.906):



Por lo que en el caso de esas detenciones de Valencia hay algunas cosas que resultan extrañas. Si la UCIE, a instancia del CNI según vimos en las primeras entradas, estaba siguiendo la pista de Lamari y deteniendo a algunas de las personas con las que se habría relacionado mientras estaba en busca y captura, ¿por qué es la BPI de Valencia la que se encarga de la detención? Entiendo que se delegase en la BPI la práctica de esas detenciones por una cuestión de optimización de recursos, aunque para la detención de agosto de 2004 hicieron desplazarse a Valencia al inspector Parrilla de la UCIE. Mucho más chocante me parece que la detención se realice en el marco de las Diligencias Previas del J.C.I. nº 2, cuyo titular es Ismael Moreno, sobre todo cuando se justifican las detenciones por su posible relación con el 11-M. El J.C.I. nº 2 era el juzgado de guardia en el momento de producirse las detenciones, en esas fechas se encargó de las detenciones de Almallah y la célula de Virgen del Coro, y por eso fue el encargado de abrir las diligencias previas, pero lo normal es que posteriormente se remitan al juzgado competente, en este caso el nº 6. No he sido capaz de encontrar en el sumario esas diligencias previas 96/04 del J.C.I. nº 2, a pesar de que en las diligencias previas 100/04 sobre la detención de la célula de Virgen del Coro, que sí se enviaron a Del Olmo, se mencionan las 96/04. Sólo he encontrado en una pieza separada las declaraciones de Beghadali y Sabag, pero no la de Hocine Kedache. Tampoco encuentro ningún tipo de documentación sobre los registros en los domicilios que según la prensa se realizaron. Una cuestión que podría tener cierto interés ¿Tiene algo que ver el hecho de que fuesen detenidos pero no pasasen a disposición judicial? No debería ser el motivo tal y como se puede comprobar en este extracto de un informe de la UCI (T. 160, f. 60.374).


Al margen del "extravío" de esas diligencias previas creo que he demostrado que, desde el primer día, existía una línea de investigación paralela a la oficial del 11-M, en torno a Allekema Lamari, de la que nadie ha explicado qué datos lo relacionaban con el 11-M. Lo único que se sabe es que se basan en informaciones de un genérico CNI. Pero todavía hay cosas más extrañas, pero para explicarlas es necesario dar un salto hacia el futuro y revisar esta noticia de Antonio Rubio de octubre de 2005 que no tiene desperdicio y aporta muchas claves.

«Tenéis que darnos 48 horas. No podéis detener a Sabagh Safwan hasta que hablemos con él. Es uno de nuestros hombres más importantes». Esta fue, más o menos, la conversación que se produjo entre el responsable del área Contraterrorismo-Islam del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el jefe de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía el 22 de marzo de 2004, 11 días después de los atentados del 11-M.
La Policía aceptó la petición del CNI a medias y, finalmente, otorgó un margen de 24 horas para que los agentes de los servicios secretos hablaran con su confidente, el sirio Sabagh Safwan, apodado El Pollero, antes de ser detenido por su relación con el comando Lavapiés, que actuó contra los trenes de la muerte.

El artículo permite interpretar algunas de las cosas que ya he contado y otras que relataré en próximas entradas. ¡Resulta que presuntamente Safwan Sabagh era un informador del CNI! Presuntamente, porque cuando declaró en el juicio del 11-M negó pertenecer a ningún servicio secreto. Volveremos más adelante sobre esa declaración. Lo que me llama poderosamente la atención es que, partiendo del supuesto de que la UCIE no tenía conocimiento sobre los movimientos de Lamari antes del 11-M, la información proporcionada por el genérico CNI acaba conduciendo, no a la detención de Lamari, sino a la detención del colaborador del CNI que informaba sobre Lamari. Y en este punto me planteo varias cuestiones. Si es cierto que Safwan Sabagh era un habitual de los círculos islamistas radicales, cosa por otra parte lógica en un colaborador del CNI, ¿es posible que la policía no tuviese noticia de él y que no sospechase, o tuviese la certeza, de su papel de informador? Parece improbable. Por lo tanto, ¿su detención es casual y es un efecto colateral de la búsqueda urgente de Lamari? O por el contrario, ¿es un intento de presión de la policía al CNI?¿Una disputa entre servicios de información? Hay una tercera posibilidad que nunca se puede descartar, la de una guerra interna entre sectores del CNI. 

El artículo de Antonio Rubio no dice nada sobre esto, pero si lo que cuenta es cierto, o la policía informó al CNI sobre las personas a las que pensaba a detener, o alguien informó inmediatamente al CNI de que se iban a producir esas detenciones. Y aunque no es una prueba fehaciente de que tuviesen un conocimiento previo de la presunta actividad de Sabagh como confidente, no me imagino a la policía informando al CNI de todas las detenciones que pretenden realizar. En cambio no es descartable que alguien, bien de la propia policía, bien de la Audiencia Nacional, informase al CNI de las intenciones de la policía, aunque no sé si con la suficiente anticipación. Por lo tanto no puedo llegar a ninguna conclusión sobre si la policía conocía o no las actividades de Sabagh cuando decidió detenerlo.

Lo que sí podemos suponer es que esa reunión del CNI con Sabagh previa a su detención permitió a su controlador aconsejarle sobre lo que tenía que declarar. Y el resultado fue la siguiente declaración que permitió que fuese puesto en libertad sin cargos a los 3 días de su detención. La declaración de Beghadali se puede consultar aquí.

En próximas entradas veremos cómo evolucionan esas declaraciones en función de cómo se desarrollan los acontecimientos.








jueves, 18 de diciembre de 2014

Excurso en la serie "Tras la pista de Lamari"

Voy a hacer un pequeño alto en el relato sobre la saga/fuga de Lamari para introducir un testimonio que considero relevante y que, quizás, aporte algo de luz a algunas cuestiones que he planteado. O puede que aporte todavía más oscuridad e incertidumbres.

El 25 de octubre de 2004 comparecía el Jefe de Brigada de la Comisaría
General de Información, Unidad Central de Información Exterior (UCIE), el Sr. Gómez Menor. La transcripción de su comparecencia se puede consultar aquí.

El tema lo saca, cómo no, el parlamentario del PP Del Burgo:
Del Burgo: [...] Yo le quiero preguntar: entonces el juez Garzón tenía el seguimiento judicializado de el Tunecino, de el Egipcio ¿y de Lamari?
Gómez Menor: De Lamari le voy a decir un secreto. Lamari es otro de los individuos que ha sido detenido por la Unidad Central de Información Exterior con todo su comando, si no recuerdo mal, en el año 1997, junto con Beresmail, junto con Mohamed Amine Akli y otros dos o tres más.
Del Burgo: Este tenía relación con Abu Dahdah, claro.
Gómez Menor: Por supuesto. Él no, su jefe. Abu Dahdah solamente se relacionaba con los números uno. Él formaba parte de un grupo, y su jefe, el que luego a la postre ha resultado ser…
Del Burgo: ¿Cómo se llama su jefe?
Gómez Menor: Nouredim Doumalou.
Del Burgo: ¿Tiene algún alias para que nos…
Gómez Menor: Nouredim Doumalou. Su jefe sí, era el hombre de Abu Dahdah en Valencia.
Del Burgo: ¿Y este se relaciona con Lamari?
Gómez Menor: Eran del mismo comando. Estaban incluidos en la misma célula. Fueron condenados juntos. Está claro, clarísimo. Ha habido una sentencia judicial.
Del Burgo: ¿Usted sabía que por auto del 18 de julio de 2003 Garzón ordenó su busca y captura?
Gómez Menor: Yo sabía que estaba en busca y captura, sí.
Del Burgo: Ya sabe que se nos ha dicho que el Ministerio del Interior desoyó un informe del CNI, de noviembre de 2003, que advertía de la peligrosidad de Lamari.
Gómez Menor: ¿Cómo vamos a desoír la peligrosidad de una persona que ha sido condenada por terrorismo? Eso cae por su propio peso.
Del Burgo: Lo digo porque han sido titulares de periódicos para desacreditar la gestión del antiguo CNI.
Gómez Menor: Yo sé un poco por qué me pregunta esto y le puedo decir que funcionarios del CNI vinieron y estuvieron en contacto con nosotros y nos indicaron la posibilidad de que Lamari….
Del Burgo: Allí estuvieron los funcionarios….
Gómez Menor: Es lo que le iba a precisar. A mí me llegó este conocimiento después de aparecer el piso, después de explotar la vivienda de Leganés.
Del Burgo: O sea, después del 14-M.
Gómez Menor: Después del 3 de abril.
Del Burgo: ¿Después del 3 de abril?
Gómez Menor: Le estoy hablando de mí, de mi conocimiento. No sé si anteriormente el CNI había hablado con el señor Rayón o con el otro comisario. No lo sé, sinceramente. Yo sí le digo que tuve una reunión con ellos después de explotar el piso de Leganés. Y ellos alegaron que Allekema Lamari podría ser una de las personas que estarían involucradas en esta acción. Yo no le digo ni que sí ni que no. Es un terrorista y claro que puede estar. Nosotros pedíamos pruebas: ¿existe algún indicio, existe alguna prueba? Pero pruebas no había nada más que su peligrosidad, en la que estamos de acuerdo.
Del Burgo: ¿Tuvieron conocimiento de que a Lamari lo habían puesto en libertad indebidamente?
Gómez Menor: Si le soy sincero, me he enterado por los periódicos.
Del Burgo: ¿Ahora?
Gómez Menor: Ahora. Sabía que estaba en busca y captura, reclamado.
Y lo remata el Sr. Rascón Ortega, diputado del Grupo Socialista.
Rascón Ortega: Antes ha hecho usted mención precisamente a un motivo posible de descoordinación, del que tuvo conocimiento incluso después de la masacre del 11 de marzo. Determinados datos del Centro Nacional de Inteligencia que le llegaban a usted para que se procediera a la inmediata detención, en este caso de Allekema Lamari como un gran peligroso. Ha venido a decir que estaba en busca y captura. Le pregunto, ¿estaba en busca y captura y ustedes lo sabían?
Gómez Menor: Nosotros sabemos que Allekema Lamari está en busca y captura, lo que no sabemos es dónde estaba.
Rascón Ortega: Perdón, me estoy refiriendo a la fecha por la que le preguntaba otro comisionado. He creído entender que era en julio de 2003 cuando se le puso en busca y captura a Allekema Lamari.
Gómez Menor: No sé exactamente la fecha, pero llevaba unos cuantos meses, cinco o seis meses en busca y captura. No sé la fecha. (El señor Del Burgo Tajadura: 18 de julio de 2003.)
Rascón Ortega: El 18 de julio de 2003.
Gómez Menor: Sí, llevaba unos meses.
Rascón Ortega: ¿Y en noviembre de 2003 a ustedes no les llega un fax dando cuenta de la imagen externa de Allekema Lamari para que se proceda a su inmediata detención, ya sea vía comisario general o vía secretario de Estado? [Nota: Es una alusión a la nota del CNI de 8 noviembre de 2003]
Gómez Menor: Particularmente desconozco si ese fax llegó. Lo que sí le digo con toda seguridad es que si el fax para que se procediera a la detención llegó, no figuraba dónde estaba Allekema Lamari, porque entonces hubiéramos procedido a detenerle. Nosotros no sabíamos dónde estaba Allekema Lamari. Se trata de una persona que está en busca y captura y nuestra obligación es detenerle. Yo he leído que el CNI estaba detrás de él. Pues, ¡caray!, dígannos ustedes dónde está, que vamos a detenerle. Yo no lo sé y creo que el CNI tampoco lo tenía centrado. Le estoy hablando a nivel de periódicos.
Rascón Ortega: No me sirve. Me sirve la información del profesional.
Gómez Menor: Le digo lo que yo sé.
Rascón Ortega: Eso, eso. Eso es lo que realmente a mí me interesa.
Gómez Menor: Lo que yo sé es que hablé con el CNI después de que el piso explotó. Nos dijo que Allekema Lamari podía estar y nosotros dijimos puede que sí, puede que no, no lo sé. Que es una persona peligrosa, estamos de acuerdo; que hay que detenerla, de acuerdo, está en busca y captura, pero ¿dónde está? Lo que le aseguro con toda rotundidad es que el CNI no nos dijo dónde estaba en esos momentos Allekema Lamari. 
Rascón Ortega: Pero me está hablando de un contacto producido en abril de 2004 y yo le pregunto por noviembre de 2003.
Gómez Menor: Eso lo desconozco.
Insisto en que se pueden sacar muchas cosas interesantes de esta comparecencia. De momento quiero centrarme en la parte que he extractado. Me tomo la libertad de resumir lo que yo entiendo que quiere transmitir Gómez Menor. Por una parte está diciendo que después de la explosión de Leganés el CNI insistía en que Lamari era uno de los que estaban en el piso y que en la UCIE no lo veían claro porque no había ninguna prueba de ello. Esta parte me parece muy interesante porque reconoce implícitamente que en esa fase de la investigación la UCIE no tenía ninguna prueba o indicio de la participación de Lamari en el 11-M. Entonces, ¿por qué el CNI insistía tanto en meter a Lamari?¿Qué interés tenía?¿De qué información disponía?¿Qué sabía el CNI que no sabía la policía? Al final los "hechos" acabaron dando la razón al CNI, pero intuyo que nunca sabremos si el CNI jugaba con cartas marcadas en este caso. 

Otra cuestión que me parece interesante es el tema de si Lamari estaba controlado o no. Por desgracia en este caso el testimonio de Gómez Menor es poco concluyente porque en teoría no estaba en la UCIE en las fechas previas al 11-M, aunque tampoco eso está muy claro. El caso es que en su declaración no menciona algunos hechos que he expuesto en los hilos anteriores. No dice cómo es posible que el mismo día 11, si lo que Jaouad El Bouzrouti declara es cierto, la policía le pregunte por el supuesto viaje a Valencia de Lamari y Afalah. Tampoco explica por qué se detiene esos primeros días a personas supuestamente relacionadas con Lamari. Por fuerza hay que deducir que, o bien la policía tenía esa información antes del 11-M, o bien la recibe poco después del atentado, pero en cualquiera de los casos se trata de información de la que sólo se puede disponer si se tiene más o menos controlada o "centrada" a la persona en cuestión. Es decir, puede que no se le tenga localizado al minuto, pero sí se dispone de información más o menos actualizada de los sitios por donde se mueve. Por lo tanto se sigue el rastro desde antes del 11-M. Y aquí viene la segunda cuestión. Si la orden de busca y captura contra Lamari se emite el 18 de julio de 2003, ¿nos podemos creer que nadie es capaz de localizarle y detenerle en nueve meses, pero a las pocas horas de cometerse el atentado ya saben quién le había prestado un coche para un viaje a Valencia que se realizó cuatro meses antes? No se puede creer. Si lo que se ha contado sobre Lamari es cierto, "alguien" tenía información sobre los movimientos de Lamari y es difícil no llegar a la conclusión de que ese "alguien" no tuvo ninguna intención de cumplir la orden de detención. 

Segunda derivada, ¿cómo es posible que se tarde más de un año en emitir una orden de busca contra alguien que ha sido excarcelado por error? Durante un año no pasa nada con Lamari, pero es ponerle Garzón en busca y captura y comenzar los movimientos. De repente el CNI se acuerda de él y pocos meses después le considera un peligro y pide su localización.

Pero es que aún hay más. No sólo es que conociesen los movimientos de Lamari, sino que además esos movimientos supuestamente se realizan en un entorno, Lavapiés por ejemplo, fuertemente controlado por la policía y con personas que en esos momentos estaban siendo investigadas y vigiladas en diferentes sumarios antes de ocurrir el 11-M. Por ejemplo le relacionan con la familia Chedadi. O con el Tunecino. La respuesta de Gómez Menor cuando le preguntan por el "fax" del CNI resulta algo cínica. Es probable que él en ese momento no estuviese destinado en la UCIE y que no dispusiese de la infomación, pero no me puedo creer que no se haya enterado más tarde de lo que se hizo o dejó de hacer. Es decir, un terrorista prófugo de la justicia, con orden de detención desde julio de 2003, sobre el que el CNI emite una alerta en noviembre de 2003, que frecuenta los ambientes islamistas controlados de Madrid y lo único que atina a responder Gómez Menor es que a ellos nadie les dijo dónde estaba Lamari. Esas declaraciones no tienen ningún sentido cuando El País ha publicado varias informaciones como esta de José María Irujo.

Hay otra cuestión relacionada que me gustaría destacar. El diputado Del Burgo claramente está molesto por la noticias sobre Lamari publicadas por El País, que según él se publican para desacreditar la gestión del "antiguo CNI". ¡Caramba! Ahora resulta que Del Burgo se erige en defensor del "antiguo CNI", que supongo que será el CNI controlado por el gobierno del PP, con Dezcállar a la cabeza, el que supuestamente habría traicionado al gobierno de Aznar entre el 11 y el 14-M, o incluso antes. Por lo visto es a ese CNI al que quiere defender Del Burgo de los supuestos ataques de El País. ¡Una vez más en lo relacionado con Lamari los papeles están totalmente cambiados!

En fin, la digresión me ha salido excesivamente larga y resumiré lo que me parece más importante de la declaración de Gómez Menor. Uno, que el CNI estaba muy seguro de que en Leganés estaba Lamari y que estaba implicado en el 11-M, a pesar de que la policía no tenía datos que lo acreditase. Dos, que por algún motivo Gómez Menor, al igual que Del Burgo, parece que quiere quitar credibilidad a las informaciones que afirmaban que Lamari estaba controlado por CNI/policía antes del atentado y tampoco parecía muy interesado en que se le relacionase con el 11-M.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Tras la pista de Lamari (IV)

En las tres anteriores entradas he mostrado los curiosos movimientos, tanto del CNI como de la UCIE, para vincular a Allekema Lamari en los atentados del 11 de marzo. Y resultan curiosos porque se realizan de forma encubierta y nunca se han llegado a explicar completamente, a pesar de una comisión de investigación en el Parlamento y una prolongada instrucción judicial. A día de hoy desconozco el motivo por el que se detuvo a Farid Oulad Ali, por qué el mismo 11 de marzo se interrogó a El Bouzrouti o por qué supuestamente se desistió de buscar  a Mohamed Afalah en esos primeros días. De hecho ni siquiera sé por qué la UCIE, en contra de lo que se afirmaba en algunos testimonios posteriores al 11-M, reaccionó con tanta rapidez y a las pocas horas de cometerse el atentado estaba tras la pista de personas relacionadas con Allekema Lamari, ni por qué disponía de información tan precisa del paradero de alguien que llevaba un año en busca y captura. Hay muchas lagunas en esas primeras horas de la investigación y pretendo seguir avanzando para intentar aportar algo más de luz. Para poder continuar esta historia necesito realizar un pequeño quiebro que me va a permitir introducir posteriormente nuevos personajes y situaciones.

El artículo de José María Irujo de 19 de septiembre de 2004 en el diario El País, ya citado en el inicio de esta serie, aporta muchas claves y conviene recuperarlo como hilo conductor de esta historia.
El pasado 6 de marzo, cinco días antes del ataque, la unidad antiterrorista del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) elaboró una nota interna en la que informó de la desaparición del barrio madrileño de Lavapiés del argelino Allekema Lamari y de cinco radicales de su grupo, según señalan fuentes del centro. Lamari es presumiblemente el séptimo suicida sin identificar del comando terrorista.
Es curioso que Irujo se refiera a una nota del CNI de 6 de marzo de 2004. Las notas del CNI desclasificadas por el Gobierno de Zapatero a instancias del juez del Olmo son las siguientes:


La primera no tiene nada que ver con Lamari y es un análisis genérico de las amenazas terroristas de carácter islámico contra España antes del 11-M. Sin embargo esa referencia a la nota del CNI de 6 de marzo no era nueva, ya que el propio Irujo la había mencionado en una información previa el 13 de junio de 2004
El 6 de marzo de 2004, la unidad antiterrorista del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) elevó un informe al Ministerio del Interior, entonces dirigido por Ángel Acebes, en el que se informaba de la desaparición en el barrio madrileño de Lavapiés de un grupo de seis integristas, entre los que figuraba K. L. un argelino detenido en Valencia en 1997, condenado a 10 años de prisión y puesto en libertad tras ganar un recurso presentado ante el Tribunal Supremo.
Posteriormente, el 18 de octubre, tras la identificación de Lamari como el séptimo "suicida" de Leganés, El País retomó el tema con una información en portada que era un claro ataque contra la gestión del gobierno de Aznar y en la que se volvía a mencionar la misteriosa nota del CNI de 6 de marzo.
Las demandas del CNI no obtuvieron respuesta y los meses pasaron sin que la amenaza llegara a concretarse, pero el 6 de marzo, cinco días antes de los atentados contra los trenes de cercanías, volvió a insistir en su peligrosidad. El mismo 11 de marzo, mientras Madrid se sumía en el caos, agentes del CNI fotografiaron en un parque de Valencia a antiguos miembros del GIA, a la búsqueda del hilo que les condujera hasta su jefe.
Sin embargo desde algún medio salieron al quite del anterior gobierno. Es el caso de Libertad Digital, que desmentía a El País en esta noticia. Por lo visto disponía de buenas fuentes en la comisión de investigación como para saber qué notas se habían mostrado a la comisión de investigación del Congreso.
La información de El País llega a afirmar que sólo cinco días antes de los atentados –el 6 de marzo– el CNI le insistió de nuevo al Gobierno sobre “la peligrosidad del argelino”. Pero, por extraño que parezca, no hay referencia alguna del CNI a Lamari el día 6 de marzo. O no ha sido remitida –pese a que sería un documento esencial para la comisión y que avalaría la tesis de la imprevisión– o no existe.
Lo que viene a decir la noticia de Libertad Digital es que se podría estar confundiendo la fecha de 6 de marzo con la de 16 de marzo. El problema es que no existe tampoco nota de 16 de marzo, ya que la nota del CNI más próxima está fechada el 15 de marzo. Al parecer lo que hubo el día 16 es una reunión de coordinación a la que acudió por primera vez el director del CNI. 

Y tantas vueltas le dieron a esa supuesta nota informativa de 6 de marzo que el propio juez Del Olmo se la solicitó al mismísimo Secretario de Estado de Seguridad el 22 de noviembre de 2004. 



No he sido capaz de averiguar qué es lo que movió a Del Olmo a centrar su petición en esa nota de 6 de marzo, aunque supongo que serían las informaciones publicadas al respecto. El caso es que la contestación de Antonio Camacho es de lo más reveladora y es una muestra más de la guerra abierta en torno al papel de los servicios de inteligencia, el papel de Lamari y lo que sabían los respectivos gobiernos, tanto el saliente de Aznar, como el entrante de Zapatero.



Y es que leyendo la contestación de Antonio Camacho uno no puede dejar de acordarse de las declaraciones de Aznar en julio de 2004. No sé si Aznar se llevó los papeles del CNI, pero si nos creemos a Antonio Camacho al menos alguien los hizo desaparecer de la Secretaría de Estado de Seguridad. En cualquier caso la respuesta del Secretario de Estado de Seguridad no arredró al juez Del Olmo, que ya estaba decidido a tirar hacia delante con todo y solicitar la desclasificación de los documentos del CNI relativos al 11-M. Pero con Del Olmo por medio es tónica general que siempre acabe perdiéndose algo por el camino. Su señoría, o algún amanuense de su juzgado, tenía una habilidad especial para modificar convenientemente la redacción de sus autos y providencias, de forma que, aunque en apariencia dijesen lo mismo, en su literalidad las cosas fuesen bastante diferentes. En este caso sorprendentemente los que se dan cuenta son los periodistas de El País, concretamente Jorge A. Rodríguez y Miguel González.

El primer escrito que el juez elevó al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, el 22 de noviembre de 2004, era más concreto, pues pedía las notas que el CNI envió a Interior sobre el argelino Alekema Lamari, el séptimo suicida de Leganés y presunto emir del grupo, en 2003 y 2004, "especialmente las que se habrían remitido el 6 de noviembre de 2003 y el 6 de marzo de 2004".
En estas notas, que leyeron los diputados de la comisión del 11-M, el servicio secreto advertía al Ministerio del Interior de que el argelino estaba dispuesto a cometer un atentado en España.
Camacho contestó al juez que estas notas no estaban en Interior y que se trataba de información clasificada, por lo que no podía "acceder en este caso específico a su petición", por impedírselo la legislación de secretos oficiales.
La fiscal del caso, Olga Sánchez, informó a favor de pedir la desclasificación de los documentos el 10 de enero de 2005; y el juez elevó su exposición motivada a los ministros de Defensa e Interior el 15 de febrero. Sin embargo, de la solicitud ha desaparecido toda alusión a Lamari y a los informes del CNI de 6 de noviembre y 6 de marzo, pues el argelino falleció el 3 de abril en Leganés y la causa no puede dirigirse contra él.
La noticia refleja fielmente el proceso seguido por el juez Del Olmo para incorporar la documentación del CNI al sumario. Y pone el dedo en la llaga en esa curiosa "omisión" en la solicitud de desclasificación que hace Del Olmo, aunque equivoca el motivo. En la solicitud de desclasificación se incluye a Lamari y al resto de suicidados en Leganés, así como de todos los imputados en el sumario en la fecha de la petición. Una vez más ignoro a qué se debe la omisión del párrafo señalado por El País, pero precisamente el que El País le de relevancia y lo mencione en una información de uno de sus expertos en Interior me ratifica en mi creencia de que es algo significativo.

En cualquier caso el Gobierno finalmente desclasificó algunas notas relativas a Lamari, las enumeradas al principio de la entrada, que fueron remitidas al juez Del Olmo e incorporadas al sumario. Y obviamente no aparece la famosa nota de 6 de marzo a la que se refería Irujo. ¿Realmente existió esa nota?¿La ocultó el gobierno de Zapatero al juez Del Olmo?¿Por qué desaparecieron de la Secretaría de Estado con el gobierno saliente de Aznar?

No tengo respuesta para estas preguntas, pero sí puedo destacar algunas cosas bastante obvias. En primer lugar el gobierno de Zapatero no tenía ningún interés por ocultar esos documentos. Al contrario, los podía utilizar políticamente contra Aznar, como así se hizo desde El País y medios afines. No se me ocurre nadie más interesado que el propio Zapatero en que Del Olmo le diese la excusa para desclasificar los documentos y que pudiesen ser públicos. Por el contrario no veo cuál podía ser el interés del PP en obtener unos documentos que podían ser utilizados para descalificar la gestión del gobierno anterior. Al margen de luchas políticas, tampoco veo ningún interés en el CNI por airear unos documentos que podrían poner en cuestión la actuación de los servicios de inteligencia en los días previos al atentado. Aunque es verdad que, en el ajedrez y en la estrategia militar, a veces hay que sacrificar algunos peones para lograr determinados objetivos. Lo que es evidente es que alguien tenía interés en airear el asunto Lamari y prueba de ello es que se facilitó información a José María Irujo. Si la nota no existía, ¿quién intoxicó específicamente a Irujo con los detalles concretos sobre la "desaparición" de Lamari y seis más de Lavapiés cinco días antes del atentado? Y si realmente existió, ¿por qué después de filtrar su contenido se hizo desaparecer y no se incluyó entre los documentos desclasificados? Tampoco se puede descartar la rivalidad entre los diferentes cuerpos de seguridad 

Como expliqué al principio, con esta historia sobre las notas del CNI tenía como objetivo introducir nuevos personajes en torno a las andanzas de Lamari. Y no soy el primero en seguir este camino. En octubre de 2005 Antonio Rubio aprovechaba la desclasificación de los documentos del CNI solicitada por Del Olmo para levantar el telón sobre uno de los principales protagonistas de la saga/fuga de A. L.: Safwan Sabagh. Y hasta aquí puedo contar.....de momento.






sábado, 1 de noviembre de 2014

Tras la pista de Lamari (III)

En el juicio del 11-M nos quedamos sin saber quién era el marroquí, que vivía en Fuenlabrada y que estaba  relacionado con Lamari, que intentó localizar el inspector 23.599 a las pocas horas de producirse el atentado por orden de sus superiores. Por supuesto podemos hacer alguna especulación al respecto, pero antes me gustaría contar una historia sobre otro marroquí muy relacionado con este asunto. Voy a contar la historia en orden cronológico inverso y espero que sirva para entender cómo se fabrican las noticias y se utilizan para determinados fines propagandísticos.

En marzo de 2005 Jaouad El Bouzrouti fue detenido en Fuenlabrada acusado de colaborar con Lamari y facilitar la huida de Mohamed Afalah y Abdelmajid Bouchar. En esta noticia de Jorge A. Rodríguez se aporta una cantidad increíble de información, en principio correcta. A continuación extracto lo más interesante.
La detención fue practicada un poco antes de las siete de la mañana en el piso que Jaouad El Bouzrouti (nombre facilitado por la policía) o Ridouan El Bouzroti (según figura en el buzón de su vivienda) ocupaba junto a su familia en el bloque 1-A de la avenida de las Naciones (Fuenlabrada). El arrestado residía en esa casa desde las últimas navidades.
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Bouzrouti no mostró "ninguna sorpresa" cuando fue detenido, según indicaron fuentes de la policía, que ya llevaba semanas tras sus pasos. Los investigadores consideran que este albañil conoce todos los detalles sobre la fuga desde Leganés....
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Lamari y Afallah solían utilizar para sus desplazamientos un Opel Vectra oscuro propiedad de El Bouzrouti. Así, los dos primeros citados visitaron a finales de 2003 al argelino Safwan Sabagh en su pollería de Valencia, en la que se presentaron a bordo de ese vehículo, "con matrícula española nueva".
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La policía está convencida de que el arrestado "estuvo en estrechas relaciones, en las fechas previas al 11-M", con los huidos Bouchar y Afallah, pero también con Youssef Belhadj, preso en Bélgica.
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El detenido en Fuenlabrada supuestamente estuvo en la casa que Youssef Belhadj tenía en Bélgica, y éste tuvo contactos con aquel entre febrero y marzo de 2004 en Madrid. En esas fechas, Bouzrouti también estuvo en conversaciones telefónicas con Bouchar.... 
Conviene aclarar que Jaouad El Bouzrouti vivía anteriormente en Leganés, en el mismo barrio que los hermanos Moussaten, sobrinos de Youssef Belhadj, y que también frecuentaba Abdelmajid Bouchar. El que quiera puede comparar la información de el artículo con la solicitud de detención enviada por la UCIE al juez Del Olmo. En general la información del artículo de Jorge A. Rodríguez es correcta y por lo tanto se trataría de un artículo periodístico impecable, ¿no?

Bueno, Jaouad El Bouzrouti se negó a declarar ante la policía por lo que fue puesto a disposición judicial el 11 de marzo de 2005. Su declaración no tiene desperdicio y se puede consultar íntegramente aquí, aunque para los más perezosos a continuación extracto lo más interesante.


Ajá. Según El Bouzrouti el mismo 11 de marzo la policía acudió a su domicilio para preguntarle por Lamari porque le habían visto en su coche (no necesariamente la policía, sino alguien). Y él les dijo que se lo había prestado a Mohamed Afalah. Este dato es importante porque, de ser cierto, coloca a Mohamed Afalah en el centro de la investigación desde el primer día. Pero no es lo único que declaró ante el juez.


Aquí confirma que Afalah dispuso de su coche en fechas que coincidirían con el viaje a Valencia con Lamari.


Otra vez aparece la "gente del ministerio del Interior", esta vez el 3 de abril en Leganés. Me gustaría resaltar la distinción que hace El Bouzrouti entre "policía" y "gente del Ministerio del Interior". ¿Es posible que se trate de gente del CNI?


Bueno, en este párrafo queda claro que la "gente del Ministerio del Interior" conocía perfectamente el viaje de Bouzrouti a Bélgica antes de que se produjese e incluso intentó utilizarlo, bien como cebo, bien como informador. 


En este momento resulta conveniente volver a leer la solicitud de información de la UCIE y el "magnífico" artículo de Jorge A. Rodríguez para hacer comparaciones y sacar las conclusiones oportunas. 

Me voy a tomar la libertad de afirmar que la detención de El Bouzrouti en marzo de 2005 fue una auténtica farsa. Algo parecido tuvo que pensar el juez Del Olmo. Nada más terminar la declaración ordenó la puesta en libertad sin fianza de El Bouzrouti. Eso sí, no parece que estuviese muy interesado en indagar las andanzas de esa "gente del ministerio del Interior". Una vez más. ¿Qué es lo que se pretendía con esta detención? Lo ignoro, pero me gustaría recordar que un mes antes, en febrero de 2005, fueron detenidos los hermanos Moussaten y su tío Youssef Belhadj, todos ellos conocidos de Bouzrouti y los primeros vecinos en Leganés. Es más, una cosa poco conocida es que, casualmente, Youssef Belhadj fue detenido el 19 de marzo de 2004 en la Operación Asperge de la policía belga contra el GICM y puesto en libertad en junio de ese mismo año.

Lo peor del caso es que aunque Jaouad El Bouzrouti nunca fue procesado, sí tuvo que declarar en el juicio del 11-M como testigo el 16 de abril de 2007. Y en el juicio volvió a contar lo mismo que declaró a Del Olmo, incluso con algún añadido. Por supuesto a Gómez Bermúdez en este caso tampoco tuvo la curiosidad suficiente como para indigar sobre las actividades de esa gente del "ministerio del Interior". Es posible que no lo necesitase.

Y ahora vuelvo al inicio de esta entrada. ¿Era Bouzrouti el marroquí relacionado con Lamari que tenía que localizar el inspector 23.599 en Fuenlabrada? Lo dudo ya que hay varias cosas que no encajan. Bouzrouti dice que le visitaron la misma tarde de los atentados, mientras que el inspector se refiere al día 12 de marzo. Podría haber confusión en cuanto a la fecha por el tiempo transcurrido, pero lo dudo. Pero lo fundamental es que Bouzrouti en 2004 vivía en Leganés y no se mudó a Fuenlabrada hasta tiempo después de que el inspector 23.599 dejase la UCIE, por lo tanto nunca le hubiese buscado allí, ni se podía haber confundido en el juicio. ¿Se trataba de Mohamed Afalah? Es probable. De hecho Bouzrouti dió el nombre de Afalah a la policía el mismo 11 de marzo. Sospecho que la policía/CNI tenía localizadas a estas personas antes del 11-M, pero lo que es seguro es que desde el primer día de la investigación, según sus propias declaraciones y según la documentación del sumario, la policía y/o el CNI tenía mucha más información sobre los supuestos autores que la que oficialmente se ha reconocido. Y alguien, por un algún motivo que se desconoce, ordenó cesar esas líneas de investigación, que curiosamente conducían a las personas que días después conseguirían fugarse del cerco (¿o circo?) de Leganés y salir de España. 



viernes, 24 de octubre de 2014

Tras la pista de Lamari (II)

Si en la entrada anterior he expuesto la aparente coherencia temporal entre la nota del CNI de 15 de marzo alertando de la posible implicación en el 11-M de Allekema Lamari y solicitando su localización y detención inmediata, y la detención el 17 de marzo de Mohamed Al Hadi Chedadi y Farid Oulad Ali, dos supuestos contactos de Lamari, ahora es el momento de aportar algunos datos que ponen bajo sospecha esa supuesta coherencia.

El 28 de marzo de 2007 declaraba en el juicio del 11-M el funcionario 23.599, inspector de la UCIE. Este inspector fue uno de los protagonistas del juicio ya que en 2006, después de abandonar la UCIE tras la Operación Nova, fue detenido y encarcelado acusado de filtrar información a El Mundo sobre un extraño tráfico de goma 2 ECO y droga, aunque posteriormente absuelto. Había tenido un papel destacado en los primeros días de investigación, ya que fue uno de los que viajó a Asturias siguiendo el rastro de los explosivos y participó en la identificación y detención de Suárez Trashorras.

Su declaración aporta bastante luz sobre los primeros días de la investigación, la relación con el confidente Cartagena y otras cuestiones que ahora no vienen al caso. Pero durante el turno de preguntas de los abogados defensores, cuando ya estaba finalizando su declaración y en respuesta a una pregunta sobre otro tema, aparece Lamari:
D ZOUGAM: Gracias. Eh… ¿Por qué no les… por qué, si sabían ustedes ya el día 12, que la  tarjeta se había vendido allí, por qué no les trajeron a declarar ese mismo día?
T: Mire usted, yo lo ignoro, yo no soy el responsable de esas decisiones.
D ZOUGAM: ¿Pero no dio nadie ninguna explicación?
T: Mire usted, yo no estaba en esa… El día veinte… el día 12… el día 12 yo estaba en ese  momento, que probablemente se produce el tema de la tarjeta, yo estaba en… me había ordenado este mismo Jefe de Sección que marchara a Fuenlabrada a localizar a un marroquí  que, según el CNI, eh… había viajado con Allekema Lamari a Valencia, a la tienda de pollería  que tiene Safwan Sabagh. Y estando con él, una vez localizado, me llamó por teléfono él personalmente y me dijo: “Veniros para acá” Y digo: “¿Qué hacemos con él?” Y me dijo: “Dejarlo, que ya está todo solucionado.” Y nos fuimos. Yo no sé… yo me entero que están en  Sindhu Enterprise al día siguiente, cuando me muestran la nota.
Por desgracia en ese momento esta declaración pasa desapercibida y no se le sigue preguntando sobre el tema, hasta que llega el turno de Endika Zulueta.
D R. GONZÁLEZ: ¿El 15 de marzo? Hasta entonces ¿en cuántas ocasio… hasta entonces le  habló en alguna ocasión el señor Cartagena de Allekema Lamari?
T: No.
D R. GONZÁLEZ: ¿Nunca les habló de él?
T: No.
D R. GONZÁLEZ: ¿Ustedes conocían la existencia de Allekema Lamari?
T: Sí. Nosotros habíamos participado en su detención en la Operación Apreciate de 1997, en Valencia.
 D R. GONZÁLEZ: ¿Y sabe que salió en libertad, antes de lo previsto, eso lo sabían ustedes?
T: Sí, porque es que en este caso concreto, como Allekema Lamari es argelino, era de nuestra plena competencia.
D R. GONZÁLEZ: Sí, por eso se lo pregunto ¿Y no… y no… tuvieron curiosidad por saber dónde se encontraba? ¿Lo tenían localizado o estaba perdido de vista?
T: Alek… Allekema Lamari, sobre final del 2003 o primeros de 2004, no recuerdo, el Centro Nacional de Inteligencia nos dijo que andaba por Madrid, que había mandado unos… unos… unos ingresos a diferentes presos que habían sido detenidos dentro de la operación Apreciate y los que había mandado con su verdadero nombre, como Allekema Lamari y que… nada más… que había viajado con un marroquí a… a la tienda de Safwan Sabagh, a la pollería de Valencia, en el Paseo Marítimo, pero… eso… eso es lo que teníamos de Allekema Lamari.
D R. GONZÁLEZ: ¿Eso es que estaba localizado?
T: No lo sé.
Parece lógico pensar que la orden que recibe de su Jefe de Sección de desplazarse a Fuenlabrada a localizar a un marroquí que habría viajado con Lamari a Valencia respondía a la información recibida del CNI. Pero hay un pequeño problema. En ninguna de las notas del CNI desclasificadas se hace referencia a ningún marroquí que hubiese viajado con Lamari a Valencia. En la de 6 de noviembre sí se mencionan los giros de dinero, pero no se menciona ningún viaje a Valencia, ni ningún nombre. En la del 15 de marzo tampoco, solo se menciona a los hermanos Chedadi. No es hasta la nota de 18 de mayo de 2004 cuando se menciona un viaje en septiembre de 2003 de los hermanos Chedadi a Valencia para que Lamari se traslade a vivir con ellos a Madrid, pero ningún viaje de Lamari de Madrid a Valencia.

Es posible que el CNI no incluya toda la información de la que disponen en esas notas informativas. Es práctica habitual que los servicios de inteligencia oculten parte de la información cuando tienen que compartirla con otros servicios homólogos, tanto nacionales como extranjeros. Sobre todo en este último caso. Generalmente la relacionada con las fuentes humanas a partir de las cuáles se ha obtenido y que podría servir para identificarlas. En este caso parece haber ocurrido algo similar, con la salvedad de que la información que se ha ocultado en el canal oficial de transmisión, se habría facilitado de manera extraoficial a la UCIE. Incluso es posible que esa información la conociese la UCIE de primera mano porque la hubiesen obtenido ellos, fruto de investigaciones propias o compartidas con el CNI. 

Viendo el juicio con la perspectiva del tiempo me llama la atención que nadie, ni siquiera Gómez Bermúdez, tuviese la curiosidad suficiente como para preguntarle por la identidad de ese marroquí que habría viajado con Lamari a Valencia y a quien le ordenaron localizar el día después de los atentados. Quizás a nadie le interesaba seguir hurgando por esa vía, ni a los conspiranóicos, ni a los defensores de la V.O, ni a los que no eran ni chicha ni limoná, si es que había alguno.

Sin embargo en la siguiente entrada veremos quién era el marroquí al que había que localizar nada más cometerse el atentado del 11 de marzo y a qué se pudo deber esa repentina pérdida de interés. Y creo que va a resultar evidente que, una vez más, se ha manipulado la supuesta investigación de los atentados ocultando información relevante. Como siempre, dejaré que sea el lector el que saque sus conclusiones.



domingo, 12 de octubre de 2014

Tras la pista de Lamari (I)

En septiembre de 2004 el diario El País se apuntó una importante exclusiva al publicar que El CNI investigaba a varios presuntos autores del 11-M. La exclusiva de José María Irujo afirmaba que cinco días antes de los atentados el CNI alertó de la desaparición del argelino Allekema Lamari, al que se empezaba a considerar como el séptimo suicida de Leganés.

La información aporta datos muy interesantes. Por ejemplo se afirma que el CNI investigaba a Jamal Zougam desde hacía varios años. Sobre Allekema Lamari se dice que fue detenido y condenado en 1997 por pertenencia al grupo terrorista argelino GIA y puesto en libertad en 2002 por un "error" judicial, siendo vigilado desde entonces por el CNI. Lo de la vigilancia es realmente curioso porque Lamari estaba en busca y captura todo ese tiempo, lo que acrecienta la sospecha de que el "error" judicial que le puso en libertad pudo ser intencionado.

Más interesante todavía es la información sobre la nota informativa del CNI de 15 de marzo, cuatro días después del atentado, en la que especula con la posible participación de Lamari en la masacre y nos cuenta que desde el CNI llamaron al Comisario General de Información, Jesús de la Morena, para solicitar la detención urgente de Lamari.

El contenido íntegro de las notas del CNI, desclasificadas por el gobierno de Zapatero, se puede consultar aquí.  De momento me quedo con el dato de que oficialmente el CNI ya señalaba a Lamari en relación con el 11-M desde al menos el 15 de marzo. Y se había comunicado a la CGI lo urgente de su detención. 



La CGI, a través de la UCIE, se movilizó para intentar cumplir el encargo. El 17 de marzo de 2004 la UCIE envía oficio al JCI nº 6 solicitando el registro de los domicilios de tres personas que supuestamente mantienen contactos con Allekema Lamari y, por tanto, tendrían relación con los atentados. Esas personas eran los hermanos Chedadi, Mohamed Al Hadi y Abdelnabi, mencionados en la nota del CNI. La tercera persona mencionada se trataba de un albañil marroquí llamado Farid Oulad Ali, que no aparecía en la nota del 15 de marzo. Mientras que Mohamed y Abdelnabi eran hermanos de Said Chedadi, detenido y procesado por la Operación Dátil, y cuñados de Driss Chebli, procesado también en esa operación, de Farid Oulad Ali no se conoce que haya sido investigado en ninguna operación contra el islamismo, ni antes, ni después.




El registro de los domicilios implicaba la detención de las personas mencionadas en la orden, cosa que se realizó el mismo día 17 de marzo, pocas horas más tarde de la solicitud de registro. El único que se libró fue Abdelnabi Chedadi, al parecer porque se encontraba en Marruecos en esas fechas. Desconozco si en ese país se tomó alguna medida contra él.

Estas detenciones dieron origen a la instrucción de las Diligencias 8.470 por parte de la UCIE, ampliatorias de las 1.304 instruidas por la Brigada Provincial de Información para realizar las primeras investigaciones de los atentados. En estas diligencias nos explican que el motivo de la detención de Farid Oulad Ali se debe a su vinculación con Allekema Lamari, del que en esos momentos no existía ninguna prueba que lo relacionase con las bombas del 11-M. 



Aunque genéricamente se alude a "informaciones confidenciales dignas de todo crédito", en información recopilada posteriormente por la UCI se aclara que esa información la facilita el CNI, a pesar de que no se menciona en la nota de 15 de marzo.



El caso es que mientras Mohamed Chedadi realizó una declaración policial en la que le preguntaron, entre otras cosas, si conocía a Lamari, Farid Oulad Ali se negó a declarar ante la policía. El 22 de marzo, tanto Chedadi como Oulad Ali, fueron conducidos al juzgado para que Del Olmo les tomase declaración. Al finalizar la declaración Farid Oulad Ali fue puesto en libertad sin ninguna medida cautelar y en ese momento acabó su relación con la instrucción judicial, ya que ni fue imputado, ni mucho menos procesado. La declaración de Farid se puede leer aquí y los anexos fotográficos que le enseñaron aquí. En cambio Mohamed Al Hadi Chedadi no tuvo tanto suerte. La fiscalía pidió la prisión provisional incomunicada y el juez Del Olmo la decretó mediante auto de 23 de marzo de 2004. La declaración de Mohamed Al Hadi Chedadi se puede leer aquí.

Si ha llegado hasta aquí y no ha tenido la paciencia de leerse las dos declaraciones judiciales, les ahorraré el trabajo. Lo asombroso de ambas declaraciones es que a dos personas que han sido detenidas por sus relaciones con Allekema Lamari ¡no les preguntan en ningún momento por esa relación con Lamari! 

Ni el fiscal, ni el juez. Ni siquiera incluyen la foto de Lamari en los anexos fotográficos. ¿Ustedes entienden algo?¿Es normal detener a dos personas por su relación con una tercera y que el juez no les pregunte precisamente por esa relación que motiva su detención, llegando a poner en libertad a uno de ellos?¿O les han preguntado y sus respuestas no se han incluido en el acta de la declaración?¿Y por qué motivo? Por lo visto las cosas de los servicios secretos son demasiado complicadas.

Hace unos años Luis del Pino intentó encontrar una explicación a estas primeras detenciones en una entrada de su blog llamada Casualidades de la vida. Aunque esa teoría es imposible de probar y yo personalmente no comparto alguno de los argumentos utilizados, tampoco me parece una hipótesis descabellada. Y existen otros episodios de la investigación del 11-M que irían en esa línea.

En cualquier caso en la detención de Farid Oulad Ali hay otro dato curioso. En los informes policiales reiteradamente se menciona que los funcionarios se desplazaron hasta la base aérea de Cuatro Vientos en Getafe, en donde Farid trabajaba en una obra. A cualquiera que viva en Madrid le tiene que llamar la atención que el aeropuerto de Cuatro Vientos no tiene nada que ver con Getafe, en donde existe una base aérea militar. Resulta difícil de entender cómo la policía puede cometer ese error, pero puede que el que trabajase en una obra en la base aérea militar de Getafe no sea más que una anécdota.

Por supuesto estas no son las únicas incongruencias en torno a la figura de Lamari y su supuesta participación en los atentados del 11-M, como veremos en futuras entradas.
  

domingo, 5 de octubre de 2014

Sobre cadenas de custodia

En la entrada No siempre un clavo saca otro clavo he abordado el tema de las comparativas entre las muestras de clavos y tornillos que formaban parte de la supuesta metralla de las bombas del 11-M. Ahora quiero aprovechar para hacer una sencilla exposición sobre un tema relacionado que quizás provoque algún tipo de inquietud entre los lectores.

En el juicio del 11-M se hizo una macropericial sobre los explosivos utilizados en los atentados. Y en ella se volvieron a analizar todos los restos disponibles que fueron recogidos de los trenes el 11 de marzo y los días inmediatamente posteriores. Los peritos intervinientes elaboraron en mayo de 2007 un informe que luego sería expuesto y sometido a contradicción en el plenario. En el informe se fotografían y se describen las muestras analizadas, incorporando además las actas de entrega de dichas muestras, de forma que quedase constancia de la existencia de una cadena de custodia.

A continuación voy a enlazar las fotos y descripciones de todas las muestras de tornillos y clavos recogidas en las explosiones de los trenes que aparecen en las actas y en dicha pericial. Además hay otras muestras de los trenes diferentes a estos tornillos y clavos y que tendremos ocasión de comentar más adelante.

Primero las actas en las que se enumeran los restos.

 Y ahora las comparaciones. A la izquierda la foto correspondiente al informe pericial de diciembre de 2005, a la derecha la foto equivalente de la macropericial de 2007.

Empezamos por Atocha.



Atocha Vagón 1

Atocha Vagón 4

Atocha Vagón 5
Atocha foco indeterminado

Seguimos por El Pozo.

El Pozo vagón 4
El Pozo foco indeterminado

Ahora Téllez.

Téllez vagón 1
Téllez vagón 5

Y por último Santa Eugenia.


Santa Eugenia Foco único

No hace falta ser un lince para darse cuenta de que no hay nada extraño en las muestras de Atocha vagón 4 y 5, El Pozo vagón 4 y foco indeterminado y Téllez vagón 5. Hasta aquí todo normal.

Sin embargo la cosa se pone interesante en el vagón 1 de Atocha. A simple vista se ve que en la muestra entregada en 2007 hay un trozo de tornillo más que no aparecía en 2005

Eso no es nada comparado con la muestra del vagón 6 de Atocha. A continuación amplío en detalle la comparación de muestras.


En 2005 sólo dos "clavitos". En 2007 aparecen al menos 3 tornillos y un clavo adicionales. Y un cuarto elemento que no se distingue bien y que podría ser otro tornillo.

En la muestra de origen indeterminado de Atocha la cosa empieza a ser preocupante. 


He sombreado en azul en la foto de la pericial de 2007 los elementos fotografiados en 2005. No se aprecia bien, pero el tornillo con el nº 11 también aparece junto al 7 y al 11. Sin embargo he sombreado en rojo los nuevos elementos que aparecen en 2007: 2 tornillos, un trozo de lo que parece un tornillo muy grueso y otro trozo que podría ser la cabeza de ese tornillo o un perno o similar.

En el vagón 1 de Téllez nos encontramos algo parecido. 


En este vagón aparecen 4 tornillos en el informe de 2005. Y los cuatro parece que también están en la muestra entregada en 2007. Pero además se aprecia un quinto tornillo similar a los anteriores (hay 5 en vez de 4), un clavo largo sin cabeza y lo que parece un tornillo barraquero bastante grande.

Y finalizamos con el llamativo caso de Santa Eugenia. 


Es bastante llamativo que aparezcan varios tornillos o pernos de un tamaño considerable que no figuraban en el informe de 2005. Como se puede ver en la imagen superior, en la pericial de 2005 de este foco sólo se relacionan 11 clavos de diferentes tipos. Pero es que en la muestra de 2007 resulta evidente que no están todos los clavos de 2005. De hecho, salvo uno, faltan todos los clavos descritos en 2005.

Resulta curioso que la mayoría de los nuevos elementos que aparecen en 2007 son precisamente los que más se diferencian respecto de los clavos y tornillos que formaban parte de la metralla de la mochila de Vallecas. 

Se podría pensar que el motivo de que algunos de esos tornillos no se describan en la pericial de 2005 es que al hacer el estudio se comprobó que eran elementos de los trenes o de las explosiones. Sin llegar a concretarlo algo parecido declararon algunos de los peritos tedax en el juicio:

D ZOUGAM: ¿Esos tornillos o clavos podían ser o formar parte de la estructura de los trenes?
P1: En principio, no, porque, de cara precisamente a este informe pericial, se visitó, a través de la dirección de RENFE, nos pusimos en contacto con personal de mantenimiento de RENFE, que nos asesoraron sobre el tipo de tornillería o clavos que pueden llevar los trenessí que es cierto que llevan tornillos, para el suelo de los trenes, que tiene una lamina de madera, pero que son comunes, no se pueden identificar y lo que no llevaban, bajo ningún concepto, eran clavos de carpintería de éstos un poco más grandes, que son la mayoría de los que se recuperaron.

Como no tenemos más datos, porque a nadie se le ocurrió incluir en los informes periciales las comparativas con el tipo de tornillería que llevan los trenes, tendremos que aceptar que es una posible explicación de la aparición de esos elementos en la pericial de 2007. Pero, ¿qué explicación hay para la desaparición de los clavos de los restos de Santa Eugenia?

 Por eso, cuando oigo hablar de cadenas de custodia me entra la risa floja.